lunes, 30 de abril de 2018

RELATO PRIMER CICLO

                                       LA PERDICIÓN DE LENNARD  (Sergio Vega Calderón- 2ºC ESO)

    El rey Lennard de Zeltia caminaba por los pasillos de su alcázar en dirección al salón del trono. Allí esperaba su mujer, Valkhana. Estaba sentada en su trono. Cuando Lennard entró, ella preguntó:

 -¿Que traéis para mí hoy, amor mío?
  -La oscuridad pronto será erradicada en Zeltia. He dado caza a uno de los magos oscuros más poderosos. Le tengo preso en las mazmorras. Acompáñame, querida.

   Lennard condujo a Valkhana rumbo a las mazmorras. Una vez llegó allí, le enseñó la mazmorra correspondiente:
 -Ese es.
Valkhana creyó reconocer al ocupante de la celda, y efectivamente lo era:
-¡Pierce!
-¡Valkhana! -¿Le conoces?-preguntó Lennard.
-Es un primo mío.
 -Es un mago oscuro.
-Toda nuestra familia lo es-le espetó Pierce.
 -¿Cómo? ¡Valkhana, ven conmigo!

    Ambos volvieron al salón del trono. Lennard estaba confuso, pero Valkhana aclaró todo: desde mucho tiempo atrás toda su familia se había dedicado a la magia oscura, de hecho, ella era la única excepción. Lennard descubrió que casi todos los magos oscuros que causaban el caos en Zeltia eran familiares de su esposa, pero ella nunca se lo había dicho. Aquello enfadó mucho a Lennard.

  Inmediatamente, Lennard ordenó la ejecución de Pierce. Y Valkhana no pudo impedirlo.

  Sabiendo ahora que masacrando a la familia de Valkhana acabaría prácticamente con todos los magos y brujas oscuras de Zeltia, Lennard inició una persecución a todos los miembros de la familia de Valkhana, y atrapó a algunos.

  Un día que Lennard regresó al alcázar, Valkhana le suplicó que detuviera su persecución. Pero Lennard, cegado por la ira y con el triunfo de convertirse en el gran destructor de la oscuridad de Zeltia a su alcance, no se detuvo. Pasaron los meses. Lennard estaba cumpliendo lo que prometió, nada podía contener su ira. Valkhana otorgó refugio a sus padres en una sala secreta del alcázar. Pero cuando Lennard volvió enfurecido tras no encontrar a los padres de Valkhana, descubrió la sala secreta. Sin dudarlo, desenvainó su espada y se lanzó al ataque.

  El padre de Valkhana no pudo defenderse y cayó primero. Y cuando la madre de Valkhana estaba a punto de caer también, esta apareció en la sala y detuvo a Lennard arrebatándole la espada. Cuando el rey se volvió, Valkhana vio como su rostro estaba desencajado por la ira. Ella sujetó la espada con fuerza, asustada.

  -Valkhana, dame la espada.
  -Lennard, contigo he podido comprobar como el odio y la codicia pueden transformar al ser humano más noble y bueno en un animal, cambiándole hasta tal punto que ha asesinado a decenas de personas solo para alcanzar la gloria y el triunfo, sin importarle nada más. Así que, si no puedo hacer al Lennard humano volver, tendré que matar al Lennard animal.

    Y sin dudarlo, atacó a Lennard, pero este se apartó y Valkhana casi alcanza a su madre, que no dudó en escapar.
    Valkhana retrocedió y Lennard sacó una daga que llevaba oculta. Se abalanzó sobre Valkhana. Esta se limitó a extender la espada y atravesó a Lennard. Valkhana la retiró asustada. Lennard se llevó la mano a la herida y cayó. Valkhana se agachó y le miró a los ojos. Por un momento, creyó ver que el Lennard que ella conocía había vuelto.

    -Valkhana…-susurró.
    -Dime. -Perdóname…por todo.
    -Te perdono, pero por favor no te vayas.

     Y entonces, Lennard clavó su daga a Valkhana en el pecho.

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