lunes, 30 de abril de 2018

RELATO-BACHILLERATO Y CICLOS FORMATIVOS


UN TESTIMONIO  (Guillermo Soria Royuela-2ºC-Bach.)

Stuart Reed. 24 años. Policía local de Amarillo, Texas. Votó a los republicanos en las últimas elecciones a la presidencia. (no se tienen de él más referencias. Se adjuntan notas manuscritas)

3/07/2019

Mientras me desplazo por las aceras de esta decrépita y nauseabunda ciudad, me pica la herida del último hijo de puta que se atrevió a rozarme en la 50. Hoy, día 3 de julio, casi todas las fachadas están empapeladas con propaganda patriótica y en mi cabeza se dispara el indicador del “SI” a la opulencia de que tu coche consuma 40 litros a los 100, tener diabetes tipo dos a los treinta y la legal posesión de armas como todo católico estadounidense hijo de su madre que se precie.
Justo esta noche, como todas las demás, me quedo en pelota picada con mi .44 Magnum al lado de mi polla tiesa haciendo comparativas narcisistas y creo que Travis, el tío de Taxi Driver, debería haber matado a aquel politicucho y la piba asesora de campaña se hubiera quedado tan pasmada por la honestidad de disparar a su arrogante cara, y luego, cada jodido domingo, le hubiera ido a ver a la jaula estatal con un poco de caballo en la tarta. Me cago en todo, ya me estoy metiendo yo en el personaje. Esa peli me pone los pelos de punta.
Pero sinceramente no sé qué coños digo. Desde pequeño me he dejado acunar por sus costumbres y repugnantes hábitos con los brazos abiertos. De hecho, el otro día, casi pego una paliza a un chicano que se creía que no le había visto robar los tubos de una bmx. Pero nada, me contuve y le dije esto: –Mira espalda mojada, como te vuelva a ver por aquí te juro que te hundo más tu nariz neardenthal –A lo que él me responde escupiendo ese dialecto con un aliento radioactivo– Lo siento mi brother, estaba viendo si eran los míos, me los robaron hace dos días– Todo esto mientras retrocedía con su pandilla de ilegales. En mi cabeza solo se debatían dos caminos: reventarle esos piños dorados con la extensible o detenerle y llamar a la migra. Le dejé ir, me estoy volviendo un maricón.

4/07/2019 11:33 am

…Y aunque la bombilla titilante manchaba con sus alternativos destellos nuestra habitación, y a la ropa desperdigada no le acompañaba un sentimiento de parsimonia y orden, apreciaba el caos establecido por nosotros. Allí, tendido horas creyendo en la sapiencia que me hacía concretar un sentimiento de nostalgia cada vez que te marchabas a la otra maldita sala, en la que sabía que te explotaban. Puede que tu olor y la purpurina sedimentada de entre las uñas me haga creer que mi secreto maestro se está abriendo y la cerradura se está debilitando en cada beso, corrida o despedida perpetua, pero ya no soy el mismo, y por ello te desprecio... (borrón)

Joder, ¿pero de qué coño voy? ¿Acaso me creo el puto Irwin Allen Ginsberg escribiendo de esta manera? Me quedo prendado siempre de la misma puta y de la misma habitación con su bombilla sin casquillo que se tambalea cada vez que ella se aferra al cabecero.

Me acaba de llamar Troy. Algo gordo se está cociendo en la ciudad y me voy a tener que disfrazar una vez más de antidisturbios, todo sea por el bien común de este país de malnacidos. Por mi como si explota el planeta. Aún me quedan quince minutos que no voy a desperdiciar.

6/07/2019 13:05 pm

Lo de ayer fue una pasada, un cambio total de perspectiva. ¿Cómo he podido estar tan ciego? Toda la ciudad está alborotada por la última noticia sobre lo de los agujeros de Klein. Hasta que ayer Troy me envió la columna del Journal. Me parece totalmente comprensible, en mi indigerible dieta de amiguitas, caballo y curro no he tenido tiempo para informarme de la horripilante trayectoria que ha seguido el mundo en este último año.   
                                                                           
The journal a 5 de julio de 2019

A pesar de las numerosas advertencias del mismísimo Klein y su equipo hacia Hole Industries sobre tener que dejar de abrir agujeros cerca de “Haumea” no sirvió de aliciente para cortar la inminente catástrofe. Klein afirmaba que había un 31,021% de posibilidades de que la masa de un agujero engullera a otro si no se respetaban las distancias entre agujero y agujero. Según la información recabada por los satélites que orbitan Plutón, se confirma el efecto dominó que originará un agujero con la suficiente masa gravitatoria capaz de tragar a todo nuestro sistema solar en cuestión de meses. La ONU manda un aviso global de sosiego, pero remarca que no hay posibilidad de salvación. Ha comenzado el plan de suministro de un coctel de fármacos para que el suicidio sea indoloro. Aquellos ciudadanos que quieran participar en lo que es denominado popularmente como “éxodo masivo” que consulten los planes locales del lugar en que estén empadronados.

**/**/**** (no sé qué fecha. No me importa)
El caso es que yo me encuentro en mi micro piso tirado en la cama. Las noticias de emergencia sonando como un eco lejano. Esperando así mi culmen como gran benefactor a la causa humana. En la habitación contigua, mis amigos los indios habían dejado de cocinar esa comida que te impregna de por vida para poder acabar con el supuesto sufrimiento que la humanidad vivía. Se oyó el llanto de un bebé y un tiro lo silenció todo. Después otro tiro y nada más. El estado regalaba esa mierda de pastillas para que el suicidio fuera indoloro. Solo había que acreditar tu nacionalidad en la farmacia más cercana y recogerlas. La gente mentía. Debe ser que tenían un miedo intrínseco de ser devueltos a su país.
Harto del comportamiento individualista de nuestra raza, subo a la azotea, cojo una silla tremendamente oxidada y me dispongo a observar. Dejo que la oscuridad me sumerja en sus tibias aguas y no pienso en nada. Ni siquiera me vienen imágenes de ella. No hay ningún nexo en mi cerebro. Solo un pensamiento unificado de impotencia pura.
Desde este punto no recuerdo nada más. Eso le explico al tío con bata blanca al que le he narrado toda esta “aventura”. Tras contarle mi testimonio, me dice que fui el único ser humano capaz de aguantar. Sobreviví al shock de la noticia que lo cambió todo, la única persona lo suficientemente pirada o dejada o libre o esperanzada o cobarde que no sucumbió al suicidio. Me quedo paralizado. Sé que quiero información sobre lo ocurrido y el lugar en el que me encuentro, abundante información, contadme todo. Pero no digo nada.

“Además, ¿qué coño es el universo? Un puto tiovivo enorme al que todos estamos
subidos, que da vueltas sin parar, sin que podamos hacer nada. Vivimos y morimos.
Fin de la puta farsa”

Sopa de Kafka-Mark Crick.

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